Un Melilla Baloncesto de más a menos se impuso a Cáceres Patrimonio de la Humanidad por 79-72. Los azulinos jugaron posiblemente los tres primeros cuartos más completos de la temporada pero la relajación en el último periodo apunto estuvo de complicarles el partido. Destacar en el partido los 15 puntos de van Wijk, máximo anotador del equipo, y las 11 asistencias de Rivero.

Los azulinos salieron muy enchufados al partido, consciente de lo importante que era el encuentro de esta noche. Un 10-2 de parcial, liderado por un gran Alfredo Ott con dos triples consecutivos, obligaba Ñete Bohigas a parar el encuentro cuando no se habían disputados ni tres minutos de encuentros. El escolta estadounidense sumaba su punto doce en el partido para aumentar aun más la diferencia alcanzado el ecuador de este primer acto (16-7). La aparición de la conexión Rivero-Gatell, y la intensidad defensiva de los pupilos de Alejandro Alcoba, hacía que el Decano se fuera al final del primer cuarto con cómoda renta de catorce puntos (29-15).

El equipo no bajó el pistón en el segundo acto, ahora con un buen Oliver Arteaga haciéndose el dueño de la pintura y que llevaba la diferencia por encima de los veinte puntos de diferencia (41-20) a poco más de seis minutos para el descanso.

El gran acierto mostrado por los azulinos comenzó a decaer, pero el defensa no permitía acercarse a Cáceres Patrimonio de la Humanidad que no encontraba su ritmo. Al descanso se llegaba con 50-28 campeando en el electrónico y con buenas sensaciones por parte del equipo.

En la reanudación Melilla Baloncesto seguía el mismo guión de la primera parte con un enchufado con van Wijk que llevaba a los melillenses conseguir rentas cercanas a los treinta puntos y que finalmente serian 26 al final del tercer cuarto con el 68-42.

Todo hacía indicar un partido plácido en el tramo para los hombres de Alejandro Alcoba, pero el equipo desconectó y comenzó a cometer numerosas perdidas en ataque y en defensa concedía segundas oportunidades a los cacereños que aprovechaban para acercarse en el marcador y meter el miedo en el cuerpo al Decano, que supo controlar los instantes finales e imponerse por 79-72.