Este próximo viernes el Melilla Sport Capital dice adiós a la temporada enfrentándose en el Javier Imbroda al ICG Força Lleida. De cara a este último partido del curso y hacer balance de cómo ha sido esta temporada hablamos con Mouha Barro.
El senegalés confiesa que llega a este partido con la tranquilidad que da la salvación, pero con la espina clavada de no poder estar luchando por cotas mayores: “Estamos tranquilos, pero algo tristes porque creemos que podemos dar más y hemos llegado algo tarde. Lo importante es que hemos sacado la salvación, así que contentos”.
En un partido, donde en lo deportivo no hay nada en juego, Barro señala que irán a por todas el viernes con la clara intención de terminar la temporada brindando una victoria a la familia azulina: “La afición se lo merece. Los que han gastado su tiempo en venir y estar con nosotros apoyándonos durante toda la temporada se lo merecen. Por eso, hay que terminar con un buen sabor de boca y dar el cien por cien hasta el final”.
En este sentido, el pívot africano recalca la importancia que tiene salir concentrados a este tipo de partidos para evitar posibles lesiones: “En este tipo de partidos tienes que estar serio, porque cuando más relajado estas, pueden pasar cosas malas. Y el viernes ante Lleida vamos a salir con esa mentalidad”.
Respecto a la temporada, Barro confiese que ha sido un año complicado, pero donde felizmente se ha podido lograr el objetivo de la permanencia: “Ha sido una temporada muy complicada por todos los cambios que hemos tenido de jugadores y de entrenador. Todo ha pasado y nosotros mismos, con la ayuda del staff técnico, hemos conseguido sacarlo. Así que al final creo que no ha sido un mal año”.
Por último, en los personal afirma sentirse feliz de poder finalizar a un buen nivel la temporada, tras dos años llenos de lesiones y problemas físicos: “Han sido dos años seguidos muy complicados para mi, pero son cosas de la vida y del deporte. Las cosas pueden salirte bien o mal, pero la final lo más importante es levantarse. Al principio me ha costado, porque no tenía esa seguridad por estar dos años sin jugar y mi juego es muy físico. Al final estos tres últimos meses he sabido sacar lo mejor de mí”.